Lyna y Mandarina son mejores amigas, y cuando Mandarina se ganó un viaje en un sorteo, no dudó en invitarla, aunque no tenía idea de qué era un crucero. Ella le tiene terror al mar y no quería subirse al barco, sin embargo, venció el miedo para disfrutar el viaje con su amiga. Todo iba muy bien hasta que empezaron a ocurrir una serie de robos en el barco y todo apuntaba a que Mandarina era la culpable.