A punto de redactar testamento, Benito Arias Montano encuentra un papel olvidado con un nombre escrito: Desiderii. Desiderii es Erasmo de Rotterdam y ese papel le recuerda la voluntad perdida de haber elaborado una biografía sobre el maestro humanista. El que fuera capellán de Felipe II comienza así un viaje en el que nos habla de unos años cruciales para la historia y el pensamiento de la Europa del siglo XVI. El concilio de Trento, la redacción de la Biblia Regia o los oscuros pasadizos por los que se delizaba la Inquisición Española son algunos de los acontecimientos que rememora este gran humanista español, al mismo tiempo que abre las puertas de ese paraíso personal que fue la peña de Alájar (Sierra de Aracena, Huelva), portal de sus recuerdos más íntimos y sus reflexiones sobre filosofía y alquimia. Julio Manuel de la Rosa crea, con impecable minuciosidad y perfecta prosa, vida e intelecto de uno de los personajes más relevantes de la Historia de España.