En 1944, antes de la inminente fundación del Estado de Israel, fueron muchos los intelectuales que reflexionaron sobre su legitimidad, sopesando los pros y los contras de la actuación. Entre ellos, Hannah Arendt elaboró un breve estudio, inédito hasta hoy, acerca de la viabilidad del proyecto, señalando que este asentamiento no debía realizarse sin condiciones claras, debido al peligro de desembocar en una convivencia hostil. Sobre Palestina, en el que se incluyen textos de otros intelectuales (entre ellos, su biógrafo, Thomas Meyer), presenta una amplia y lúcida reflexión de lo que empezó a vivirse y aún se sufre en la región.