Mario Montalbetti se ha pasado la vida estudiando los compara el relieve terrestre con la profundidad psicológica y descubre una relación entre la geografía y la literatura; usa los principios básicos de la teología para hablar del talante creador y redentor de los poetas; explica con versos la diferencia entre las palabras y las cosas; argumenta la importancia de una poesía sin etiquetas nacionales. Cada texto explora una zona distinta y a la vez expande al resto. Es como si Montalbetti hubiera dedicado sus años de escritura a inventar artefactos que dialoguen entre sí, pero todos estuvieran apuntando hacia una propuesta general: que en el carácter roto, fragmentario, de «búsqueda sin cosa encontrada» de los versos, descansa algo esencial sobre el mundo interior de las personas.