Se cuenta que Erik Erikson le preguntó a Sigmund Freud sobre las características esperables en una persona madura. La respuesta de Freud habría sido que la persona madura es aquella capaz de amar y trabajar. Esta idea sigue siendo válida, pero lamentablemente muchas de las primeras teorías que se generaron para ayudarnos a vincularnos de manera profunda, aprender y generar capacidades estaban sesgadas por prejuicios. Eran ideas que nunca fueron verdaderas o que ya no corresponden con la forma en que la mente humana puede desarrollarse en nuestros días, en que ha cambiado desde la manera de trabajar a la duración de la vida. Afortunadamente en las últimas décadas se han ido desarrollando ideas más útiles para el desarrollo de capacidades y vínculos, que también nos permiten iluminar algunos conceptos que en las clases de psicología pueden pasar desapercibidos o sin que se comprenda su significado y potencial. Por eso, este libro está escrito para profesionales a cargo del desarrollo de personas, ya sea en educación, coaching, desarrollo profesional o salud mental.