La condena del kalku configura un relato ancestral que cruza y acepta en su construcción los géneros de la fantasía épica y el surrealismo mágico. La imaginería, las creencias populares y los mitos del sur de Chile son parte del acervo desde el cual esta novela reflexiona sobre la cosmovisión mapuche, corazón que palpita en el flujo narrativo, articulando el relato bajo dos ejes: el viaje y el antihéroe. La familia Montes Grandón, oriunda de Tomé, se ve obligada y expuesta a realizar una travesía en busca de un tesoro escondido, que el abuelo paterno dejó especificado en un mapa a su hijo, como herencia antes de morir. Cada personaje hace su propio viaje de autoconocimiento, desde sí mismos y en relación con los demás, buscando trascender en una peligrosa odisea. A través de ese viaje, la cosmovisión de un pueblo guerrero se convierte en la premisa en la que nos sumerge el autor.
